Fundación Casa Pintada - Museo Cristóbal Gabarrón
Fundación Casa Pintada Historia de la Casa Pintada
Fachada de la Casa Pintada


Detalle: Escudo de la Casa Pintada


Calle San Francisco (Mula)


Uno de los lugares emblemáticos de Mula es la Casa Pintada, edificada hacia 1770 por D. Diego María de Blaya y Molina.
Se trata de una casa palaciega de tres plantas y bodega construida en base a un modelo tipológico muy común en todo el levante mediterráneo.
Lo que singulariza al edificio es su fachada principal completamente decorada con esgrafiados de índole popular. Hasta 1978, la Casa Pintada se conservaba íntegramente y el estado de los esgrafiados era razonablemente bueno. A pesar de esto, la mitad derecha del edificio ardió por un incendio, que afectó a las tres plantas y posteriormente fue demolida una cuarta parte.

Tras su demolición el edificio no sufrió alteraciones importantes, salvo el desprendimiento de un fragmento de cornisa. Así, desde 1980, el estado del edificio era el siguiente: Permanecían en pie las tres cuartas partes de la casa que incluía la escalera principal. La otra mitad era un solar en cuyo frente se conservaba un fragmento de la fachada esgrafiada.

Llegamos ya al año 1986. Es entonces cuando la Dirección General de la Vivienda pone en marcha un programa de adquisición de edificios en recintos históricos para rehabilitarlos y acondicionarlos como casas de promoción pública.
De esta forma, la Comunidad Autónoma adquirió el inmueble. El programa contemplaba junto a la construcción de viviendas, la posibilidad de construir estancias y equipamientos que ayudaran a reutilizar los recintos históricos y volver a dotarlos de la vida que antaño tuvieron.
De este modo, se encargó el proyecto de restauración y la construcción de 6 viviendas de promoción pública en la parte trasera del solar de la zona demolida.

Se llevó a cabo un trabajo de documentación e investigación previo a cualquier tipo de actuación sobre el edificio. Así, se tuvieron en cuenta documentos gráficos anteriores a la demolición parcial de la casa, testimonios de gente que había vivido en ella y el estudio de otras viviendas coetáneas con la misma tipología constructiva, como dijimos, la de planta cuadrada con torreón central, muy extendida en toda la cuenca mediterránea.
Se pretendió desde el principio conservar todo lo posible y reconstruir lo mínimo imprescindible, todo ello bajo un criterio de evitar falseos históricos, es decir, que fuera patente la diferencia entre lo reconstruido y lo realmente original.

Dentro de los trabajos de restauración cobraba vital importancia la recuperación de los esgrafiados desaparecidos, únicos en el ámbito murciano, al ser éstos los que conferían de una idiosincrasia especial a la casa e incluso le daban nombre. Analizando las fotografías previas al derribo se pudo constatar que la mayor parte de estos esgrafiados podían obtenerse mediante un calco de los que aún se conservaban, ya que los motivos empleados eran idénticos.
Cuando este proceso hubo finalizado, apareció una sorpresa que no se esperaba en la parte baja de la fachada, unos fragmentos esgrafiados de los que no se tenía constancia, con motivos naturalistas de mayor calidad que los de la planta superior y que representaban una escena de caza. De este hallazgo parece deducirse que la fachada principal estaba en su totalidad cubierta con esgrafiados

Además de esta actuación, los trabajos de restauración, finalizados en el año 2000, se centraron en los lugares más representativos de la construcción con un grado diferenciado para cada espacio. Así, se intervino en la escalera, una constante en la arquitectura civil de la época, con antecedentes tan conocidos como los de Vandelvira en Úbeda y Baeza, en la cual destaca de forma especial su gran escudo policromado y plateado. Se trabajó también en gran salón de la primera planta, habitación más representativa de la casa y probablemente destinada a recibir visitas o acontecimientos importantes. En la bodega, estancia en forma de “ele”, donde se conservan diferentes tinajas empotradas en el pavimento, se desarrollaron también diversas actuaciones y, para terminar, se rehabilitaron el patio y las cámaras.

Otra edificación digna de mencionar es el Convento de la Purísima Concepción de Religiosos Franciscanos. Su fundación fue obra del tercer Marqués de Los Vélez, comenzando las obras en 1581. Este conjunto arquitectónico consta de iglesia y convento, y en un futuro será sede definitiva de la Fundación Casa Pintada.
 
Fundación Casa Pintada - C/ San Francisco, 14 - 30170 - Mula (Murcia)