Más de 700 metros cuadrados de murales cerámicos divididos en 14 módulos, instalados en los parámentos interiores y exteriores del Edificio Plaza de América de la Exposición Universal celebrada en Sevilla, eran la forma de componer un todo que transmitía un solo mensaje a través del diálogo individual con lecturas propias en cada fragmento.

Encuentro 92 es un mensaje profundo e intenso, resultado del enfrentamiento y reconciliación de culturas, con el que Cristóbal Gabarrón pretendía aportar una multitud de pensamientos, diálogos, experiencias filosóficas y plásticas, que unía datos históricos pasados y un análisis de las circunstancias actuales en relación con el pasado y el futuro. La obra supuso una apuesta de integración de todos los pueblos en una Comunidad Internacional, haciendo especial énfasis en el encuentro entre la cultura árabe, cristiana y judía.

Además de ser una obra de grandes resultados plásticos y artísticos, cumplió con la misión de ser testigo de la historia, entresacando aquellos hechos de vital importancia que dieron y darán al ser humano la esperanza de conseguir la paz y la armonía dentro de la naturaleza, valiéndose para este fin de la investigación y la cultura. Es un recorrido por la historia del hombre, su convivencia, sus ideas y costumbres para conformar lazos solidarios.

Cristóbal Gabarrón muestra la filosofía de esta obra por medio de una simbología plástica en la que cobra un importante papel el gesto, el signo, la imagen convertida en letra, que ha sido a lo largo de los siglos una forma de comunicación. El jeroglífico del pasado, el grafismo de la actualidad, están presentes en toda la construcción de este mural. Murallas rotas, árboles de la vida, modernos satélites, mares, peces y aves, monstruos y restos de antiguos naufragios, son los elementos que nos llevan a dar un paseo por la historia, a entender y recordar la evolución y razón del hombre durante su existencia, a elaborar un canto a la técnica y al progreso, y especialmente al cuidado y respeto por algo tan escaso y único como es la naturaleza. Es también un reconocimiento a las gentes que tienen como objetivo crear la conciencia y la necesidad de unir los esfuerzos en la tarea de la investigación y las nuevas técnicas en vista de un futuro común científico, como motor del mundo en su caminar hacia el porvenir.