El Parque Villa de las Ferias de Medina del Campo
(Valladolid), inaugurado en 2001, es un espacio conceptual con múltiples
iconos que abren un amplio campo de sugestiones y significados. Se trata
de un parque temático que proyecta la adecuación artística del parque El
Chopal, uniendo a ésta, la recuperación ambiental de la zona. Para ello,
cada una de las parcelas hace referencia a un determinado capítulo de las
antiguas ferias medinenses, recordando la fuerte organización de las actividades
mercantiles.
Gabarrón parte de este mismo esquema para concebir el parque
en una estructura de parcelas cuadrangulares que hacen referencia a cada
uno de los gremios mercantiles, a su trabajo y a sus diversas actividades
comerciales. Así, la estructura se divide en trece parterres cuya vegetación,
murales y mobiliario urbano están artísticamente tematizados en recuerdo
de los antiguos oficios feriales y mercantiles del siglo XV y XVI.
El
primero de los elementos simbólicos es una original barandilla con materiales
quebradizos y piezas escultóricas que nos hacen pensar en hitos o en los
antiguos rollos de piedra, unidos por cadenas, en homenaje a la letra
de cambio, aspecto por el que la Villa de Medina es especialmente popular.
Este Parque Temático
Villa de las Ferias es un canto a la naturaleza, ya que el autor ha querido
encarnar en cada árbol la representación de un producto o de una actividad.
Este
parque tiene tres visiones: una de ellas es la aérea desde donde se
puede apreciar una visión global de los diferentes elementos artísticos
y escultóricos en cada parcela, además de ofrecer una excelente vista del
Castillo de la Mota. La segunda visión muestra las parcelas con sus contenidos
identificando cada una a un gremio con un árbol representativo; así, nos
encontramos el de los carboneros con la encina, o el de los libreros
con el chopo. La tercera es la imagen nocturna que, a través de un meditado
estudio de iluminación, crea una visión del parque totalmente diferente
a la diurna.
El Parque está delimitado por rollos feriales y una barandilla
donde se puede leer "Fernando de Antequera y Doña Leonor, Parque Villa
de las Ferias". Este espacio verde ofrece, además, una pequeña plaza, un
jardín de especies aromáticas como el romero, el espliego o el tomillo,
un área de juegos con arena del río, bancos, balaustradas y fuentes de
diseño, pérgolas ornamentales y la instalación de un alumbrado con farolas
de diseño que reflejan diversas imágenes. A esto hay que añadirle diversas áreas
para el descanso y la lectura.
Con este objetivo, Cristóbal Gabarrón no
sólo pretende transformar y avivar el círculo de convivencia de la gente
en sus áreas de distracción, sino que también quiere emprender con ello
una labor de enseñanza para que todos se acostumbren a un rechazo inconsciente
de lo vulgar y de lo masificado, aprendiendo así a conocer una buena calidad
de vida empezando por su propia diversión, y todo ello por medio de una
intervención que aspira a que todo aquel que entre en contacto con ella
se familiarice con la plástica, el diseño y la creatividad. En definitiva,
es el anhelo de alegrar y hacer el mundo diferente, cálido y, sobre todo,
habitable y cómodo.